
Hace algunos meses atrás, en alguna tarde de ocio viendo televisión por cable, di con un programa del que me atrajo su imagen y su diseño, motivo por el cual me quedé viéndolo y disfrutándolo.
Una de las notas decía relación a un nuevo movimiento que comenzaba a aparecer y a llamar la atención en Santiago, en algunas calles céntricas y en algunas zonas específicas de la ciudad. El movimiento se denominó STENCIL y en la oportunidad fueron entrevistados dos seguidores, un diseñador y un arquitecto.
Contrario a lo que uno pudiese pensar, esta corriente callejera no es realizada por simples adolescentes rebeldes o por pandillas con alguna aptitud artística. Está siendo realizado por jóvenes educados, en su mayoría, y con un profundo afán comunicacional. No es solo imagen y un código de comunicación con otros, no es un símbolo con el que se marca un territorio. Es un mensaje directo al interlocutor, a veces, muy evidente y otras, destinado sólo a un público que sepa descifrar el mensaje. De esta observación pude deducir que los mensajes podrían no estar repartidos en todas las calles de la ciudad, o en cualquier sector.
Hace un mes atrás aproximadamente decidí comenzar a caminar por la ciudad, por diversos motivos, que no viene al caso detallar. En esas caminatas descubrí con asombro y agrado que en Talca también estaba floreciendo la misma corriente y me di a la tarea de recopilar las imágenes de estos stencil que están apareciendo por aquí y por allá. Tal como sospeché cuando vi el reportaje en el cable, las imágenes no están esparcidas en cualquier lugar, al contrario, en mi peregrinar por el centro de la ciudad (lugar donde me muevo mayoritariamente) los stencil están repartidos por casi toda la calle 1 Sur, aunque más cerca del sector comercial. Como es sabido, la 1 Sur está separada por sectores diferentes en toda su extensión, dependiendo del target de cliente que tengan esas calles. Hacia las calles laterales ya no se observan mensajes, salvo uno o dos.
Es así como encontré mensajes como “NI PARIS NI LONDRES” ubicado más cercano al sector financiero y cívico, aludiendo obviamente al desarrollo propio de la ciudad y no en relación directa a la de ciudades europeas con otro standard y cultura de vida. O mensajes como la imagen de un indigente impreso sobre una de las antiguas paredes del mercado.
El mecanismo técnico se parece mucho a la conocida serigrafía y la idea principal es simplificar la imagen al máximo, reducir zonas de detalles, a menos que sean vitales y dibujarlas sobre un cartón o una radiografía, que parece ser un buen material para mantener guardado, y calar la zona que debe ser pintada con un spray. Esto último es porque la maniobra necesita ser rápida, recordemos que las paredes son de propiedad privada y el ser sorprendidos en la tarea podría valerles una visita al cuartel. Los mensajes emitidos son de corte social, principalmente, aunque los hay de corte ecológico, político, gregario y musicales. Al parecer, el grupo talquino se denomina INCENDIARIO STENCIL ART y como característica gráfica reconocible por cualquiera es la tipografía que usa en la mayoría de sus trabajos.
Pero, aparte de ese sentido comunicacional, para una persona común y corriente, la mancha o el “mono” pintado en la pared ya no es un poco estético rayado con símbolos molestos visualmente. Acá encontramos un trabajo gráfico buscado, un ingrediente estético que agrada a la vista. Lo digo además, por experiencia propia. Odio definitivamente los rayados con símbolos pandilleros y con apariencia de casa marcada por rateros, pero, sinceramente, no descarto realizar mi propio mural con mis propios mensajes y mis propias imágenes en stencil.
Miremos un poco más nuestra ciudad, observemos... Cada día nos habla un poco más.
BARBARA MENDOZA VALENZUELA
Diseñadora Gráfica Publicitaria
